Una interesante área en los modelos de gestión o «management» es la concepción «Lean» (magro, esbelto, sin grasa). A pesar de tener un origen muy específico e industrial -«la Toyota«-, es una receta de amplio espectro.En este artículo repasaremos muy someramente este marco y presentaremos nuestra aportación al lado práctico del mismo: Desarrollo software lean agile los 6 trazadores del Valor Añadido.
Está visto que las épocas de crisis son periodos especialmente favorables para las iniciativas de ajuste. Por ello, hablar de reducir el desperdicio, de fomentar, perseguir y reconocer la generación de valor o de incorporar la mejora continua en nuestro mapa genético (mejora continua = continua mejora del margen) encaja. Simplemente, el mensaje «Lean» es adecuado y esperado.
Estos objetivos «Lean» se pillan al vuelo y -reconozcamoslo- son innegables. Pero, ¡cuidado!: descender hasta sus profundidades, entender y asumir sus exigencias, romper modelos, cambiar filosofías … humm… eso ya es otra cosa.
Por ello, en el cierre de esta reseña incluimos algunas fuentes en las que poder beber de este conocimiento, pero antes, queremos compartir una sencilla práctica que ayuda a reconocer rápidamente el terreno y a establecer un marco de conversación, simple y eficaz.
Dentro de nuestras dinámicas de superación, hemos creado una catalogación que nos permita centrar los esfuerzos y maximizar su retorno. Tanto en ámbitos de infraestructura IT como en ambientes de desarrollo software. Las categorías que utilizamos son simples: 4 para el máximo y -1 para el mínimo.
Este es el detalle de nuestros trazadores:
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Nivel 0 = Actividades que NO aportan VALOR AÑADIDO – VARIOS
Pueden ser actividades a entender con más detalle (si no aportan valor, el primer pálpito te lleva a eliminarlas) o pueden ser actividades que forman parte de la rutina de la unidad, consustanciales a la misma como Vacaciones o Ausencias. Consumen capacidad y es bueno saberlo.
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Nivel 1 = Actividades de SUPERVIVENCIA
Necesarias en el día a día, sin embargo, son de escaso valor añadido. No nos diferencian de nuestra competencia. Cuanto más se mecanicen, mejor.
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Nivel 2 = Actividades de MEJORA
Aportan un cierto valor añadido, pero se caracterizan por ser una evolución natural -pequeña- sobre las actividades de supervivencia.
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Nivel 3 = Actividades de INNOVACIÓN
Son las que pretenden marcar la diferencia a medio plazo. El combustible para la competición. Se espera alto valor añadido y que nos diferencien de nuestra competencia. La base de la esperanza. Recordemos: el retorno será a medio plazo (meses o años … ponga usted la raya).
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Nivel 4 = Actividades BAJO PETICIÓN (a medida)
Se justifican por su valor añadido y retorno inmediato. Son el máximo exponente de la conexión entre el negocio y la maquinaria. Valor, retorno y margen «en vena».
Lo dicho. Simple pero interesante, todo un ejercicio de introspección. Visualmente podemos tener:
Para completar nuestro esquema de 6 trazadores solo falta incorporar aquellas actividades que nos están lastrando. Para ellas hemos reservado el Nivel -1 = Actividades perjudiciales.
Esta es nuestra aportación en este ámbito de gestión basada en valor añadido. Para todos aquellos interesados en comprender mejor este exigente enfoque, os recomiendo las ponencias organizadas por itSMF España, acerca de la implantación de #LeanIT en las organizaciones IT. En especial me permito destacar la sesión -¡completa!- ofrecida por Antonio Valle y su repaso sobre Value Stream Mapping, Kanban y A3 Thinking.
Otro caso práctico es el que nos contó Miguel Ángel González, de CEPSA, sobre «perseguir lo valioso» y el «sentido común». Tenéis más detalle en el artículo sobre el «Forum ISO20000: 2013 año de la conformidad».
Si los principios de «Lean IT» te han parecido triviales, he fracasado. Conllevan un fuerte cambio cultural y cierto riesgo. No hay garantía de éxito. Es más, hay curiosas teorías conspiratorias al respecto: «How Lean fails companies».
Empieza sencillo, aplica los trazadores y analiza el resultado.
¿Te animas?
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