“Quien no está dispuesto a hacer pequeños cambios, nunca hará grandes cambios” – Mahatma Gandhi.
Me gustaría hablar en este artículo de “la zona de confort” y cómo muchas veces nos aferramos a ella y nos auto impedimos avanzar hacia nuestra “zona creativa”.
Zona de Confort es aquella en la que, como su nombre indica, nos sentimos tan “cómodos” que no queremos movernos para descubrir nuevos entornos.
Esta zona no es necesariamente placentera, sino un entorno conocido, que dominamos, sea agradable o no, y por lo tanto genera una “aparente sensación de seguridad”. Por ejemplo: estar metido en un atasco, disfrutar o discutir con tus amigos… también son parte de tu zona de confort, puesto que son cosas que conoces.
Pero ¿Qué implica no moverse de esta zona de confort?
El miedo a lo desconocido, a fracasar o perder lo que tenemos, son conductas que no promueven el cambio. No permiten aprender, observar, comparar y por tanto no posibilitan el desarrollo.
Me gustaría contaros un breve cuento (como en el artículo anterior “zanahoria, huevo o café”):
LA PUERTA NEGRA
Hace mucho tiempo en el lejano oriente, había un rey que era polémico por sus acciones pues tomaba a los prisioneros de guerra y los llevaba hacia una enorme sala donde les hacía elegir entre dos opciones.
En la primera opción, en el lado derecho, los prisioneros veían a algunos soldados armados con arcos y flechas, listos para cualquier acción.
En la segunda, en el lado izquierdo, había una horrible y grotesca puerta negra, de aspecto dantesco, cráneos humanos servían como decoración y el picaporte era la mano de un cadáver. Algo horrible sólo de imaginar, y mucho más horrible para ver.
El rey les apremiaba: – “¿Qué es lo que quieren? ¿Morir clavados por flechas o abrir aquella puerta negra mientras los dejo encerrados allí?
Todos los prisioneros tenían el mismo comportamiento: A la hora de tomar la decisión, llegaban cerca de la horrorosa puerta negra, miraban los cadáveres y la sangre humana, y se decidían por la opción de morir atravesados por las fechas.
Uno a uno, todos actuaban de la misma forma:
“Optaron por lo que conocían y sabían con certeza lo que iba a suceder“
Un día, la guerra terminó y uno de los soldados que formaba parte del “pelotón de flechas” preguntó al Rey qué es lo que había detrás de aquella puerta negra. El rey le sugirió que lo comprobase él mismo y cuando temeroso lo hizo, sintió al abrirla un rayo de sol y un delicioso aroma a verde que llenó la sala. El soldado se dio cuenta de que la puerta negra llevaba hacia la libertad…
Como en el cuento, muchas veces preferimos lo que dominamos (porque está en nuestra “zona de confort”) a lo que desconocemos, porque ésto nos genera incertidumbre y una tensión emocional tal que lo contemplamos como una zona donde es mejor no adentrarse, también llamada “zona de pánico”.
Pero esta zona de “Pánico o no experiencia” también es una “zona mágica” pues es donde se encuentran los grandes retos. Esa donde TÚ eres el protagonista de TU vida, y superar esos miedos también supone aumentar tu seguridad y por consiguiente tu autoestima.
¿Qué podemos hacer para “movernos” de esa zona de confort?
Make the Jump!
Lo primero es confiar en ti mismo y preguntarte ¿Cómo quiero que sea mi futuro? Soñar con lo que quieres, ponerle una fecha y empezar a trabajar en ello.
Merece la pena ver el siguiente video porque trata de una forma científica cuáles son los procesos que se ponen en marcha en el cerebro cuando sales de la “zona de confort”.